Científicos de la Universidad de Tokio han conseguido «enjaezar» algas unicelulares para convertirlas en lo que han dado en llamar el carruaje más miniaturizado del mundo. Esto forma parte de un programa para crear vehículos microscópicos que puedan desplazarse sin utilizar combustible ni otras fuentes de energía. Este tipo de dispositivos son necesarios para vigilar el medio ambiente y explorar el microcosmos.
A primera estructura, el «carro», consta de dos anillos de trampas de algas y un dintel entre ellos. Tiene una torreta como carga simbólica y una plataforma para acoplar algo útil en el futuro. La segunda versión es más compleja, se llama «rotador» y consta de cuatro trampas que se fijan alrededor de un eje común. El «rotador» no sólo gira a 20-40 micrómetros por segundo, sino que también puede voltear, rodar, etc.